Porque uno de los problemas que surgen cuando se imprime papel offset (macroporoso) son los problemas que alega el cliente en referencia al color si la gestión se ha hecho mal: el color está apagado, el color sale oscuro. El color no me gusta.
La gama papelera es bastante amplia, pero de forma básica, se puede dividir en dos grandes bloques: papeles estucados y papeles sin estucar. En cada bloque, se podrían identificar papeles estucados brillo, mate y semimate en uno y papeles sin estucar con OBA, sin él y reciclados en el otro. Por supuesto, hay más parámetros a valorar, pero para entender el concepto, nos puede servir comenzar por esta clasificación tan simple.
Tradicionalmente, los papeles sin estucar siempre se han impreso en los talleres con exceso de tinta. Esto es así porque hace años las herramientas de control de calidad no estaban ni mucho menos extendidas. Eran caras, complejas de implementar. Se imprimía al gusto del impresor/cliente. En aquel entonces eran normales las visitas a pie de máquina y el uso de grandes cantidades de maculaturas para obtener el color objetivo., que casi siempre eran colores intensos. Bueno, como he escrito, esto es cosa del pasado o por lo menos debiera serlo.
Cuando se instalaron las herramientas de control de calidad en línea, todo comenzó a cambiar. Empezamos a conocer los flujos de trabajo normalizados, hasta entonces teóricos, y usar los perfiles de conversión ICC en los RIP. Y se puede decir que empezaron los «problemas». Porque el papel offset, que no deja de ser un sustrato macroporoso, se debía de tirar según la normalización con la mitad de tinta con la cual lo estabas haciendo hasta ahora.
En las técnicas convencionales de impresión, la tinta se debe de aplicar durante la impresión con unos estándares recogidos en la normativa ISO 12647-2. No podemos aumentar o reducir de forma sensible estas cantidades porque lo más probable es que suframos problemas con posterioridad. Pueden ser de repintes en pila, secados lentos, deformaciones del papel, etc.
Hay otra peculiaridad. Como norma general, las tramas que se usan en las separaciones CMYK se imprimen mejor en papeles muy satinados o brillo. Mientras más irregular sea la superficie a imprimir, peor soportará tramados con puntos demasiado pequeños. Para evitar esto, el preimpresor usará una lineatura más adecuada para adaptarse a los papeles. A 175 lpi o incluso 150 lpi o menos, reduciendo la definición de las imágenes. En cambio, papeles satinados pueden soportar sin problema lineaturas de 240 lpi, tramados FM o híbridas. Esta limitación de los papeles porosos reduce un poco la gama de color reproducible en un porcentaje variable, pero hay todavía más.
El secado y la capacidad filmogénica de la tinta.
Una vez que la tinta se deposita sobre el sustrato determinado, en este caso papeles offset, seca por penetración y por oxidación. La superficie del papel es irregular vista al microscopio, como vemos en la ilustración de más arriba. En los papeles sin estucar está compuesta por picos y valles enormes. Estos poros son muy grandes y permiten que el pigmento penetre ya que pueden presentar aperturas de decenas de micras. El pigmento puede tener menos de una decena de micras fácilmente. Es muy común que el maquinista, para compensar esta irregularidad, tenga que aplicar incluso más presión en el cilindro de lo indicado para compensar y que las masas se vean bien.
En los papeles de poro tan abierto, vehículo, disolvente y pigmento penetran sin problema, rellenando huecos. Son los papeles macroporosos. La tinta entra y ahí se queda, es la parte del secado por penetración. Solo la capa superficial polimerizará al contacto con el oxígeno. El secado es un poco más lento en este caso ya que interviene el oxígeno, a diferencia de la penetración, que es prácticamente instantánea. La intensidad del pigmento en superficie se verá reducida al perderse parte en el interior del pliego. Con menor concentración de pigmento, habrá menos saturación de color, una variable importante. En los estucados no ocurre eso, al ser microporosos, el pigmento no puede entrar por oquedades tan pequeñas, solo lo hacen los disolventes: resina y pigmento se quedan en la superficie. Es por ello que antiguamente te decían que aumentaras la capa de tinta, para poder «asfaltar» el papel offset y que aumentase la saturación, aun a riesgo de secados eternos.
En la siguiente parte me referiré a la física de la luz y la reflexión de ésta sobre superficies opacas y translucidas.